sábado, 28 de noviembre de 2015

GROENLANDIA

Ese día lo primero que hice nada más llegar a mi casa fue tirarme, literalmente, en el sofá. La verdad es que el gimnasio me deja muerta, en las dos horas que estoy allí prácticamente no paro ni a beber agua, cuando llegué me fui directamente a la cinta, estuve media hora corriendo al ritmo de la música más cañera que habían encontrado en todo Spoty, bebí agua sí, pero sin parar la dichosa cinta. Después me metí en clase de zumba, ese baile que más que un baile parece una tortura china, allí te mueves más que un perro hiperactivo, lo positivo es que el profesor está como un tren, eso sí, como te vea un segundo parada o bebiendo agua te hace la cruz y te machaca el doble, con comentarios del tipo Venga Inés, mueve un poco más esa cadera que parece de una abuela o sube ese brazo que está muy bajo, venga arriba con fuerza, es verdad que lo compensa invitándonos a unas tortitas de arroz, claro que saben más a cartón que el propio cartón, pero bueno todo sea por la operación bikini.
Después de descansar un poco decidí que era hora de cenar y me preparé una ensalada con queso fresco, huevo duro, tomate, salmón, manzana y lechuga, estaba deliciosa y mientras cenaba estuve viendo dos capítulos que tenía atrasados de The Walking Dead, cuando acabé de cenar me prepare un baño con sales espuma y una mascarilla que al parecer hace milagros, me puse un poco de música y me tiré media hora porque, cómo no, sonó el inoportuno del teléfono, eran las chicas del gimnasio que si salíamos de fiesta decían, pero cómo pueden tener ganas de fiesta después de la paliza que nos habíamos metido, les dije que sí que en hora y media me esperaran en la puerta del París, me puse mi albornoz contra constipados y me metí en el vestidor a buscar algo decente para esas noche, encontré unos pantalones negros, como no, una blusa blanca, para variar, y unas cuñas, que más que cuñas parecían zancos, ese día estaba más vaga que un perezoso y decidí que no me maquillaba, me alise el pelo, me hice una coleta alta y me vestí, a las once y media estaba enfrente del París y allí no estaba ni Dios, nunca había visto esa calle tan desértica y ni ese bar tan vacío, así como de la nada aparecieron dos chicos trajeados y me dijeron que me estaban esperando unas chicas dentro del bar, yo entré solo por no llevarles la contraría y de repente salieron todos mis amigos de detrás de las mesas, la barra y la cocina cantándome el cumpleaños feliz, lo único que se me pasó por la cabeza fue que iba a matar a todos mis amigos por no saber el día de mi cumpleaños, pero en ese momento lo único que hice fue dar media vuelta y volver a mi casa, me metí en la cama y me puse a dormir.
- Me parece muy bien Inés pero eso no contesta a la pregunta de cómo llegaste a Groenlandia.

sábado, 21 de noviembre de 2015

ACTUALIDAD

Hace aproximadamente una semana yo estaba de fiesta cuando me enteré de que en Francia, concretamente en París, se estaba produciendo un atentado terrorista, habían explotado varias bombas cerca de un estadio de fútbol, había habido un tiroteo por una de las calles y había en ese momento cientos de rehenes en una sala de fiestas, lógicamente mis amigos y yo nos preocupamos bastante acerca de lo que estaba sucediendo en ese momento en París, no sabíamos muy bien de qué fiarnos ya que la única fuente de información que teníamos eran redes sociales, por lo tanto decidimos esperar a llegar a casa y enterarnos de todo. Cuando llegué a mi casa mi madre me contó lo que había pasado y que habían muerto cerca de ciento treinta personas y estaban heridas alrededor de trescientas. La noticia me dejó bastante tocada podríamos decir, en ese momento pensé en todos los heridos, en su sufrimiento y su miedo, no pensé en los muertos ni en sus familiares, pensé en todas esas personas que habían vivido el atentado en carne propia, en el miedo y a la vez la valentía que tenían y estaban experimentando y sobre todo pensé en que jamás podrán olvidar lo que había pasado. Me fui a dormir con ese sentimiento de tristeza y de mal estar que noticias como esta provocan en la gente que solo vemos lo sucedido.
Por la mañana tanto Twitter como Facebook y el resto de redes sociales estaban que echaban humo, todo el mundo hablaba de lo mismo o mejor dicho toda Europa, América y seguro que algún país más hablaban de ello, de repente todos estábamos de acuerdo en que lo ocurrido en París había sido un acto que no debía volver a repetirse y por supuesto todos subíamos fotos, cambiábamos nuestro estado o publicábamos en contra del terrorismo y decíamos rezar por París, pero, qué pasa justo dos días después del atentado, Francia decide atacar Siria y ¿qué hace? Lanza 20 bombas contra Raqqua, ¿cuánta gente reza por los inocentes muertos o heridos en Raqqua? Francia se justifica diciendo que era objetivo militar y que solo lanzaron bombas a sitios estratégicos donde "hay sólo yihadistas", estos ataques están "consentidos" por EEUU. Pero no entiendo por qué Francia a seguido el ojo por ojo, diente por diente, así no vamos a solucionar nada, así sólo creamos más destrucción, más muertos, más sufrimiento, más miedo, más dolor. Tampoco entiendo por qué cuando pasó en París el viernes, todo el mundo se enteró en menos de horas, la noticia corrió como la pólvora, todos enseguida mostraron su apoyo, ¿qué pasa con las personas en Siria? ¿Acaso esas personas tienen menos derecho a vivir que todas las personas que estaban en París? ¿Por qué no se muestra tanto apoyo como a Francia? ¿Acaso no es un acto contra la vida y por consiguiente contra los derechos humanos, contra la dignidad de las personas?
Desgraciadamente no es solo eso, nos creemos mejores, más civilizados, razonables o "humanos" que los terroristas pero ¿no hemos hecho lo mismo que ellos? En Siria llevan mucho tiempo en guerra, todos los días mueren niños, mujeres y hombres inocentes, nadie hace minutos de silencio por ellos, nadie revoluciona las redes sociales por ellos, nadie se preocupa o indigna por ellos, excepto unos pocos, todos los días millones de familias tienen que abandonar sus hogares y adentrarse en un país desconocido donde no les dan la bienvenida con los brazos abiertos y una sonrisa. ¿Creéis que todas esas personas a las que llamamos refugiados están contentas por tener que venir a Europa? ¿Qué lo hacen porque quieren? ¿Qué prefieren una Europa que les acepta a regañadientes a su país, si no fuera por la guerra o la necesidad? Yo creo que no.
Ya no es solo la guerra en Siria, los ataques terroristas en París, Madrid, Londres, Nueva york, Mali y muchos sitios más, por ejemplo con el ebola, sí el ebola, esa enfermedad que tanto miedo nos daba, lleva años en África, años, y allí sigue, pero ¿qué pasa? pues lo de siempre, algún misionero europeo o americano se infecto, hubo un brote más alto de lo normal y ya está, alarma, cuidado con el ebola vamos a morir todos y ahora ¿qué? ya nos hemos olvidado de que existe. En muchos países del mundo a los que nosotros llamamos tercer mundistas, muere gente todos los días de enfermedades como el sida o la gripe, esas enfermedades en los países desarrollados no matan a nadie o por lo menos no habitualmente y muchas de ellas están totalmente erradicadas, miles de niños mueren de hambre y no solo niños, miles de personas no tienen educación, sanidad o un hogar eso que a nosotros nos parece tan normal, no pueden abrir un grifo y beber agua o abrir la nevera y coger lo que más les apetezca, muchos de ellos ni siquiera tienen agua potable y ¿nos acordamos de ellos? Sí cuando alguna campaña contra el hambre de alguna ONG sale por la tele o pone anuncios, ¿ayudamos a mejorar esa situación? Habrá gente que dirá que primero habría que erradicar esos problemas en nuestro propio país y oye lleva toda la razón del mundo, ¿cómo vamos a erradicar la pobreza en África, Asia o cualquier otra parte del mundo si hay pobreza en nuestro propio país, provincia o ciudad? Ayudando, ayudar es la solución siempre, no importa el tamaño de tu ayuda siempre que sea la máxima que tú puedes ofrecer, pero nos desviamos del tema, a lo que voy es que solo nos damos cuenta de las cosas cuando pasan en sitios en los que jamás pensamos o pensábamos que podrían llegar a pasar, nos indignamos mucho pero luego no hacemos nada por arreglarlo o incluso nuestros gobiernos lo empeoran. Bajo mi punto de vista no creo que la violencia con violencia se arregle, ¿otra solución? La verdad es que no lo sé, pero seguro que la gente que ha estudiado para ello puede encontrar otra solución. No seamos hipócritas y por favor vamos a pensar y tratar a todas las personas del mundo como tales.
Todo esto que he escrito es bajo mi punto de vista y mi opinión propia, por supuesto puedes estar o no de acuerdo, dejame tu opinión en los comentarios, pero por favor pido respeto.



domingo, 15 de noviembre de 2015

LA PESADILLA

Llevo días sin poder dormir, cada vez que lo intento ese momento vuelve a mi cabeza, tengo miedo, miedo a cerrar los ojos y revivir aquello, miedo a creer que ha vuelto, ya no sé qué hacer, he probado de todo, desde pastillas hasta un hipnotizador, sí, hace dos o tres semanas que pedí una cita con “El gran Maxime” pero nada funciona, lo tengo incrustado en mi memoria, parece que mi cerebro es masoquista y le gusta sufrir recordándolo, no lo entiendo, han pasado casi cuatro años ¿y vuelve ahora? Vuelve justo en el peor momento, ahora que he conseguido salir de esa zanja que me atrapaba, ahora que por fin vuelvo a vivir solo, ahora que mi vida vuelve a ser normal, ha vuelto.
Me termino el café y decido que es hora de intentar dormir un rato, vuelvo a la cama cierro los ojos y ahí está, empieza aquel día otra vez; estoy haciendo la comida en la casa de la playa, Rubén y Jaime se toman una cerveza mientras se ríen de mi forma de dar la vuelta a las hamburguesas, Raúl se está duchando y Juan, como siempre, está hablando con Inés, su novia, esa que no nos quiere presentar porque teme que la espantemos, abro la neverita y saco una cerveza. Me encuentro enfrente de la puerta del baño, no sé cómo he llegado aquí pero sé exactamente qué nos vamos a encontrar, efectivamente, Raúl está tirado en el suelo con un cuchillo clavado en el pecho, todo se vuelve borroso y cuando parece que todo ha vuelto a la normalidad me encuentro a Juan atado e inconsciente en mitad del salón, un chico aparece, no sé muy bien de dónde, ata a los demás en la barandilla y me da un golpe en la cabeza. Debería haberme despertado pero hoy la pesadilla continua, estoy en una casa en llamas, alguien me ayuda a salir y ahora me encuentro en una habitación demasiado blanca, con millones de tubos que me conectan a maquinas que no reconozco, un policía entra y empieza a interrogarme, por último me cuenta que sólo yo he sobrevivido, han encontrado amenazas hacia mi persona y me han declarado testigo protegido, ahora no soy Carlos, soy Nacho y ya no vivo en Orense sino en Madrid.
Me despierto sobresaltado y justo encima de mí veo una cara que me resulta familiar, no puedo creerlo. –Sabes quién soy ¿verdad? –Me dice sonriendo. –Una pena que no tengas tiempo para charlar. –Me clava un cuchillo en el pecho y todo se vuelve oscuro, ya no tengo miedo.