El 30 de Enero se celebró el Día de la Paz y
aunque no os lo parezca es algo muy importante porque, sabéis qué, todos los
días sin darnos cuenta atentamos contra la paz y debemos cambiar eso. Vivimos
en una época en la que, desgraciadamente, los atentados terroristas y las
guerras están a la orden del día. Parece que nos olvidamos de la guerra en
Siria cuando no nos afecta directamente, pero no podemos olvidar que todos los
días mueren personas, personas inocentes, a causa de los extremismos
religiosos, la discriminación y el afán de poder, y aun así lo olvidamos y no
lo vemos porque los medios de comunicación utilizan estos atentados contra la
paz y los derechos humanos para ganar dinero y, al parecer, las injusticias que
sufren los refugiados ya no vende, todas esas personas han tenido que huir de
sus casas, sus ciudades, e incluso, de sus países, ¿te imaginas que ahora mismo
tuvieras que salir corriendo de tu casa e irte a otro país, en el que solo te
acogen por dinero? ¿Cómo te sentirías? Pues así es como se sienten miles de
personas que se han visto obligadas a huir y las discriminamos, las dejamos de
lado, no las respetamos por ideas erróneas, que nos han sido inculcadas,
infundadas por el miedo que sentimos hacia la guerra, ¿crees que ellos no lo
sienten?
No sólo existe discriminación por el país de
origen, también discriminamos a aquellos que tienen gustos diferentes a los
nuestro o a los que, injustamente, consideramos normales, discriminamos según
el sexo y discriminamos a través de prejuicios y actos, pero no pasa nada ¿no?
Total no somos los únicos, lo hace todo el mundo, total está pasando al otro
lado del mediterráneo, total ha sido en otro país, otra ciudad, total es en la
clase de al lado, total no es a mí. No, no es a ti pero es a tu hermano, tu
amigo, tu vecino y sí, sí importa, siempre importa.
Podemos hacer algo, algo para ayudar y cambiar,
mira a tu alrededor, ¿qué ves? Yo veo un montón de gente capaz de cambiar el
mundo, a lo mejor no puedes detener la guerra en Siria, pero puedes parar una pelea
en clase o en el parque; quizás sea difícil, casi imposible, acoger a todos los
refugiados, pero es fácil acoger y respetar a todas la personas que lleguen
nuevas y también a las que llevan mucho tiempo; parar la discriminación global
nos pilla grande, pero siempre puedes ofrecer una oportunidad y no dejarte
llevar por los prejuicios, abre tu mente y respeta el mundo.
Madre Teresa decía: “La paz comienza con una
sonrisa.” Por eso os pedimos que sonriáis a las personas de vuestro alrededor y
sigáis haciéndolo en todos los aspectos de vuestra vida.