Le llamas diferente porque le es indiferente ser
diferente a los demás.
Le llamas revolucionario por no querer pasar por
el aro, por creer en la libertad.
Le llamas insensato por no pensar antes de
actuar, por dejarse llevar, por hablar sin madurar.
Le llamas enamorado por pensar que amar es
posible en esta realidad.
Le llamas despistado por estar siempre empanado
pasando de lo mundano buscando más allá de lo que está al alcance de su mano.
Le llamas pollo por creer que la moda es un
embrollo, por seguir su propio rollo.
Le llamas divo por ir siempre divino, por pensar
siempre en positivo, por creerse el más atractivo.
Le llamas desesperado por estar siempre atrapado
buscando el aprobado de un amor del pasado.
Le llamas perfecto por ser siempre ejemplo, por
ser el templo de lo correcto.
Le llamas horrible por no ser predecible, por no
ser compatible con tu molde de preferible
Le llamas loco por soñar despierto, por vivir a
lo loco, por no conformarse con lo que dice el coco.
Le llamas pero no te llamas por miedo a que te
llamen como tú les llamas.
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