Estamos sentados en la
cama de su habitación, hacia mínimo dos meses que no nos veíamos, el verano nos
había llevado a separarnos pero ahora, de nuevo en la residencia, habíamos
decidido ponernos al día. Esta noche había fiesta en la parte trasera, nuevo
curso, nueva gente, novatos, era la mejor excusa para estar toda la semana de
fiesta. Hemos quedado aquí porque su habitación está más lejos de la escalera
central y por tanto del ruido.
Tengo un vaso de cubata en la mano y no dejo de
darle vueltas, llevamos casi una hora hablando y aún nos queda casi medio
verano por contar, está emocionada contándome el viaje en caravana con las
chicas, me da un manotazo sin querer que hace que mi cubata acabe en su
camiseta. Nos reímos como si fuera lo más gracioso del mundo. Me informa de que
va a cambiarse, se levanta de la cama, da dos pasos y abre el armario, se quita
la camiseta de espaldas a mí, veo su espalda desnuda, tan solo el cierre del
sujetador cubre una pequeña parte de ella, una zona más clara de piel sobre
sale a ambos lados de este, está morena, mi mirada la recorre de abajo a arriba
su cadera perfecta, tiene dos hoyuelos en los que me encantaría colocar mis
dedos, pero qué estoy pensando es mi mejor amiga, mi mirada se pierde en su
columna y la sigue hasta su cuello, las paletas le sobresalen, abre un cajón y
al mover el brazo su cuello se tensa, es preciosa, me levanto y casi sin darme
cuenta tengo las manos apoyadas en su cadera, mi boca acaricia su cuello y baja
por su clavícula hasta el hombro, ella da un bote de sorpresa pero en seguida
mueve la cabeza hacia la izquierda y la apoya en mi hombro de forma que me deja
mucho más espacio para besarla, poco a poco separa la cabeza de mi hombro y se
gira, es como si fuera a desaparecer en cualquier momento, se pone de puntillas
y deja sus labios sobre los míos, están calientes, separó mis labios para que
encajen con los suyos y mi lengua impaciente pide permiso para entrar, sus
labios se abren y su lengua le da la bienvenida a la mía, tras un corto baile
cada una vuelve a su boca y nos separamos, yo sigo con mis manos en sus
caderas, ella deja de rodearme el cuello, no sé cuándo han llegado ahí sus
manos, y las deja en mi pecho, nos miramos a los ojos lo que parece una
eternidad y me pierdo en sus pupilas, sonríe, me encanta su sonrisa y la beso,
es un beso corto, un simple roce, sus manos viajan descuidadas hacia mi pelo y
masajea mi cabeza, vuelvo a besarla, esta vez entre abre su boca y mis dientes,
ansiosos de participar en este festival de roces, atrapan su labio inferior, mi
cabeza acompaña la iniciativa con un leve tirón, me tira del pelo, mis dientes
la liberan y su boca se pega a la mía, las lenguas, que ya se conocen, bailan
al compás del corazón, el beso se intensifica, nuestros cuerpos se juntan y mis
manos acarician su espalda, sin separarme nos guío por intuición a la cama, me
siento y se sienta encima de mis piernas, el beso interminable se vuelve más
juguetón y menos cariñoso, me separo un segundo y me quito la camiseta sin
dejar de mirarla a los ojos, se muerde el labio inferior y mi pulso se desboca,
tiro la camiseta y mis manos se posan en sus mejillas, las acaricio y beso sus
ojos, mis ojos se centran en su boca y con un leve empujón en el pecho me tumba
en la cama, caemos de lado y el baile de las bocas es acompañado por caricias
con las manos y exploraciones con los pies, la contemplo por un segundo entre
beso y beso, caricia y caricia, nuestros pantalones han desaparecido y juntos
piel con piel el tiempo se para, coloco mis manos a ambos lados de su cuello,
sus piernas abrazan mi cadera, sus uñas excavan mi espalda, nuestros labios son
uno y nuestras narices juegan a cruzarse, estamos totalmente pegados y el baile
de nuestros cuerpos se torna perfecto.
Me tumbo a su lado y
estiro mi brazo izquierdo, su cabeza reposa en mi pecho, su mano hace pequeños
círculos en mis abdominales, nuestras piernas entrecruzadas, nuestras
respiraciones se acompasan, beso su pelo y me quedo dormido.
Cuando me despierto
seguimos en la misma posición pero ahora me mira, qué hemos hecho pregunta más
como una afirmación que como una pregunta, mi cabeza no deja de darle mil
vueltas a todo, lo que llevábamos mucho tiempo deseando, contesto finalmente,
me mira como buscando la trampa, esperando que me levanté y me vaya, cómo no va
a esperar eso si es lo que hago siempre y lo que le cuento siempre, pero ahora
es diferente, acaricio su pelo y coloco un mechón travieso detrás de su oreja,
eres preciosa digo casi más para mí que para ella, besa mi pecho y vuelve a
recostar su cabeza.